domingo, 26 de abril de 2015

La fuente

    La historia era la misma. Quien me miraba a los ojos, claramente creía que era un loco psicópata a punto de cometer una barbarie; sin embargo, el motivo de lo que llevaba por dentro, era diferente… Horas antes, justo cuando la tarde caía, era presa de decenas de interrogantes, las mismas que días atrás me sometían en una angustia indescriptible, no parecía encajar dentro de mi sano juicio que intermediaba entre un claro pretexto por sentir satisfacción por el momento que estaba viviendo. De ese modo sufría por mis karmas y no había tiempo para apelar.
    La noche husmeaba en mi interior buscando mis puntos débiles, volviéndome paranoico y acechando mis temores; la casa pertenecía a otro, que sin mediarlo, tomaba para sí todo cuanto quisiera. Era así que pasaba de estar tranquilo a explotar y caer en pedazos como un edificio en demolición.
    A pesar de lo mucho que creía en mí, la noche era una bestia feroz que me atacaba cruel y despiadadamente, y me devoraba poco a poco ungido con las sales del abandono.

    De igual manera vino la mañana y ahora ciento que las horas pasadas fueron como un sueño que denotaban el insomnio aterrador de un paraje desconocido en mi cabeza.

lunes, 6 de abril de 2015

Perfidia

    Una vez, agitado y pérfido…, día tras día, que así como de tarde también era por las noches. Ágilmente, sin esperar nada de la vida, jugaba con mi presa. Lo hacía para sentirme vivo y moría cada día un poco. Eran esos días en los que mi saliva recorría tu boca un poco. Días aquellos de los que ya nada queda.
    Siendo yo un depredador hambriento de amor no sabía que pude haber tenido más…, más de lo que perdía, más de lo que tenía, más de lo que sentía.
    Las horas pasaban proscritas entre palabras yacientes en un pudor inexistente. También decía palabras cursis que no dejé de suscitar, que aún hoy recuerdo.
    Creí que eras un conejito al cual, siendo yo un humano, tuve que darle todo mi afecto, todo mi amor.
    Mi vida entera era esa caza que me desquiciaba por infiel o por ser alguien incompleto, qué se yo… pero era mía y la deseaba tanto como para olvidarla.