Cuando comprenda que sólo puedo sembrar mis
frutos en un campo sin maleza adyacente, sería un día en el que estaría muy,
pero muy lejos de aquí; sería ese invierno que tras de mí ha dejado un frio y
desolado pasado que no me gustaría recordar, sería como poner en duda las
presunciones que me debaten en las penas, sería como rendir honores a quien no
los ofrece y estar atado a ello.
No veo el día en el que pueda decir que
estuve equivocado al nombrar por primera vez la sensación que me decía que
estabas cerca y que sólo era un reflejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario