Se perdió falsamente mi independencia, ésa
que llevo siempre a cuestas para no olvidar lo que me sostiene.
Parecía no encontrar algo que me diera fortuna
mientras pasaba mis días sólo en esta casa mirando el techo indolente al aquejo
que me acechaba, era un inútil derrocado que buscaba amor en vano, entonces, guardaba
las palabras para mí mismo en un mundo que me ignoraba.
En un tiempo pensé que entre el sincretismo
de una sociedad que clama por la libertad de pensamiento, el desdén se
dispararía hasta concentrarse en la demencial desdicha de pasar inadvertido en
lo que uno mismo cuenta, no sería para mí lo que traspasaba mi conciencia
mientras caminaba por las calles sin rumbo, sin la guía de dios tangible.
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